domingo, 22 de marzo de 2015

Capítulo 1: I'm sorry.



La alarma de mi despertador sonó, como cada mañana a las siete y media. Un nuevo día en ese patético instituto. Me levanté desganada y me dirigí descalza hacia la cocina, eché un ojo al salón y como siempre, mi jodida madre tirada en el sofá, dormida y con una botella de Vodka vacía en la mano. Me acerqué a ella con cara de asco. Ella me daba asco. Nunca en su vida a ejercido de madre, en mis diecisiete años de vida. 

-Despierta-le dije mientras daba leves toques en su hombro- arriba, hombre.
-¡Déjame en paz!-chilló revolviéndose en el sofá y volviéndose a dormir- 

Suspiré profundamente, cansada, me di media vuelta y seguí con mi camino. Llegué a la cocina y me preparé un bol de cereales para desayunar, me lo comí en un santiamén, con la mente en blanco, y la vista perdida. 
Me levanté, dejé el bol en el fregadero y volví hacia mi habitación. Abrí el armario y rebusqué entre los montones de ropa mal colocados de dentro de esté. 


Me vestí en menos de cinco minutos y en un movimiento rápido abrí el primer cajón de mi mesita de noche, rebusqué entre mi ropa interior y allí lo encontré, al fondo de todo, una bolsita con tres gramos de marihuana, me lo metí en el sujetador, cogí la mochila y salí de casa a pasos agigantados. 

-¡Hey!-escuché gritar a mis espaldas, mientras caminaba rápido por las calles londinenses- _____(tn)

Me giré con cara de poker y me encontré con mi gran amigo Zayn. Medio sonreí. 

-Buenos días, pecezillo-dijo besándome la mejilla- 
-Hola, Za-le respondí observando su cigarro encendido que se colocaba entre sus finos labios. Zayn era un Dios. Un Dios que se colaba de vez en cando entre mis ingles. Digamos que, somos follamigos-
-Toma, anda-dijo pasándome el cigarro, no sin antes pegar dos caladas seguidas-
-Gracias-contesté dando mi primera calada. Que gusto- 
-¿Vamos a por los demás y nos vamos al parque a saltarnos primera hora?-preguntó con cara de cachorrito, esperando que diera un 'sí' por respuesta- y ya sabes, nos fumamos un par de porros, tranquilamente. 
-De acuerdo-respondí- pero a segunda entramos sin falta. 

Afirmó con la cabeza y comenzamos a caminar hacia casa de Taylor. Allí nos reuníamos  todos cada mañana para ir juntos a clase. Caminamos en silencio, un silencio cómodo, Zayn tenía el poder de que en cualquier situación con él me sintiera cómoda, eso era lo mejor de él. Llegamos a la entrada de casa de Taylor, y allí estaban todos, Louis, Anastasía y Taylor.

-Que pasa-saludó Louis- 
-Pues ya ves-respondí con una sonrisa- 
-Buenos días a todos-chilló Anastasía con su aguda voz, contenta y feliz, como siempre- 
-Tenemos un plan-comenzó a hablar Zayn- 
-Sorprendenos- dijo Taylor soltando una risita- 
-¿Os hace saltaros la primera clase para ir al parque?-habló tranquilo- 
-¡Nos hace!-hablaron los tres a la vez, para luego reír-

Estaba claro que con las únicas personas que me he sentido a gusto siempre, han sido con estos drogadictos. Reí para mis adentros. Siempre lo exagero todo, tan solo fuman porros. 

Comenzamos a caminar dirección al parque, cada uno hablando de sus cosas, contando lo que hicieron ayer, para el día del padre. Bueno, yo mucha conversación en ese campo no puedo sacar. Llegamos al parque, el día era soleado, hacia un día fantástico. Buscamos un banco con sol, y nos sentamos allí tranquilamente. 

-Chicos, me voy a hacer un porro-habló Taylor- a la primera ronda invito yo. 

Todos reímos y asentimos ansiosos. Taylor sacó una bolsita con dos cogollos de su escote y cogió un cogollo, lo comenzó a picar con las manos. El rico olor a marihuana comenzó a hacerse presente. Inhalé fuertemente, un buen interior. Hoy entraré al instituto realmente contenta. Casi ni me había dado cuenta y Taylor ya se había encendido el porro, tiene una facilidad increíble para liarse los porros. Me lo pasó y pegué una fuerte calada, el sabor se extendía por toda mi boca y parte de mi garganta, aspiré con la boca abierta durante unos segundos y expulsé el humo restante. Así es como me gusta fumar. Repetí la misma acción varías veces. Los efectos se estaban empezando a hacer presentes, y empezaba a reír por todo. 

-Eh, chavales-habló Anastasía- tengo una paranoia mazo de rara-dijo empezando a reír, sin poder habar, pronto nos contagiamos todos de la risa y eramos cinco idiotas riéndose de nada-
-Cuenta-dije intentando ponerme seria y pasandole el porro a Zayn-
-¿Os imagináis a un negro rubio, con la barba rubia, las cejas rubias y que sonría y tenga los dientes de oro?-empezó a reírse, de nuevo, sin intención de parar- y totalmente vestido de negro- cogió aire, y siguió riendo, los demás, reímos de la misma manera- 
-Eres gilipollas-hablé riendo- 

Negué con a cabeza y miré hacia otro lado. Me puse seria de golpe al ver lo que se acercaba. Un chico alto, de pelo castaño, bastante rizado y unos ojos verde esmeralda. Se acercaba hacia nuestro banco, decidido, y los demás no se habían dado cuenta.  El muchacho se seguía acercando cada vez más, estábamos a apenas dos metros de distancia. 

-Perdonad-dijo el muchacho cuando ya estaba lo suficientemente cerca- 

Todos dejaron de reír, para prestarle atención. 

-¿Sabéis donde está el instituto Clifford?-habló algo desorientado. No puede ser. Va a ir a nuestro instituto. Dios. Está realmente bueno. Tengo decidido que me lo voy a tirar- 
-Claro-hablé con una media sonrisa dibujada- sigues todo recto y al final de la calle encontrarás un kiosko rojo, sigues un poco más hacia delante y allí está. 
-Gracias-medio sonrió y siguió su camino- 
-Que bueno está-dijo Taylor siguiendo el culo del muchacho. 
-Ya, lo sé-dije mordisqueandome el labio-

No hay comentarios:

Publicar un comentario